Nos conocimos un segundo viernes de mayo; dos días a vísperas del Dia de la Madre…era nuestra primera vez.
Aquel viernes –recuerdo- habíamos salido del Instituto yo y mi collera: Sebas, Banner y Jerardo. Salimos en busca de nuestro enigmático compañero, que llevaba horas de desaparecido.
El dia estaba en muere, la noche saludaba coquetamente, el olor de los anticuchos invitaban a nuestros intestinos a la gula extrema, era sábado chico en el primer puerto y mi enigmático compañero que no aparecía. Lo buscamos en todas las chinganas habidas y por haber del barrio de Juan Pablo: "La Oficina", "La Cabaña", "El Parque", incluso hasta en el "Tío Nino"; uno de esos tantos huecos caletas de la Ciudad del Pescador, el punto fijo y crítico para aquellos que desean, la compañía ámbar de unas chelitas y pasar desapercibidos. El apuro no seria tal, si no fuera por que una botella de vino Queirolo, habitaba en la mochila de Jerardo. Era un delibiry para mi enigmático compañero. Podía mas el factor económico en estos casos que la simple amistad para mi largo amigo Jerárdo, pero para nosotros; primaba el gusto por saborear aquel Queirolo, de ahí lo incisivo de nuestra búsqueda. La misma que fracaso.
En nuestro regreso al Instituto decepcionados por la pesquisa vespertina, vimos a lo lejos, -Sebas y yo- a tu amiga Julya (que para aquel entonces era la única persona que conocíamos de aquel feminista grupo). Y bueno ella también es mi amiga, si eso te hace sentir bien; aunque vale aclarar que la mirada de tu amiga me provocaba cierta perturbación, cada vez que sentía que sus ojos cruzaban los míos un escalofrío recorría en mi interior, como si su presencia fuera una suerte de emisario del mal.
Supongo que seria un consuelo salir con ustedes, luego de haber fracasado nuestra empresa alcohólica, supongo que Jerárdo accedería a destapar aquel Queirolo que traía en el interior de su alforja de cuero, ante la presencia de aquellas féminas, después de todo era viernes en el primer puerto. Así luego de deliberar unos segundos nuestro plan estratégico, optamos en mayoría absoluta que Sebas fuese el encargado de cumplir tal objetivo. Fue por esa razón que Sebas se acerco a ustedes todo campante, alzado, ganador, -al menos así se le veía desde nuestra privilegiada posición. Nosotros solo atinamos a echarle barras; Sebas!!, Sebas!!, Sebas!!.Llego un momento en que nos cansamos de seguir diciendo lo mismo, mas aun parecía que el plan había fracasado y que peor, no habíamos elaborado uno de contingencia. Sebas demoraba mas de lo previsto, al menos eso parecía, y nosotros nos estábamos impacientando y aburriendo mucho mas, empezábamos -uno a uno- a desistir " ya me quito" decía Jerardo, al unísono Banner " ya fue".En esos instantes, su mano elaboro un movimiento acrobático al aire, indicando el fin de se objetivo y el éxito de nuestro plan estratégico. Su verso prosaico, adecuado a las condiciones estándares del clima, había salido airoso y triunfante, sin mucho esfuerzo y poco esmero, llegando a inducirlas para ir a bailar aquel segundo viernes de mayo a "El Antro", un point que se encontraba a unos 10 minutos del Instituto.
Recuerdo que no me apetecía ir aquel sitio, el único motivo por la que accedí a tal situación, era por mi espíritu alcohólico y no tanto por mi vocación poligámica. Para variar Jerárdo ya había desistido en el camino, y al llegar al paradero nos despidió, sin mucho ánimos y casi desganado. "Adiós amigo, adiós Queirolo, adiós-adiós", al parecer ya no tenia sentido continuar, el desgano fue abatiendo a "La Jauría".
Solíamos llamarnos "La Jauría" a raíz de que Ruperto, comentaba de mareado que las mujeres eran unas: perrras-perrras-perrras, con su dejo mordido, como si mascara algo en su interior, como exprimiendo la doble erre, exagerándola en una triple o en ocasiones hasta quíntuple. Nosotros abatidos por la bebida espiritual, aceptábamos en forma casi marcial y diría hasta en ademán Hitleriano, saludábamos uno a otros, asumiendo nuestra condición con-genere de "perrros-perrros-perrros".
Reitero no me apetecía hacer nuevas amistades, -haz de saber que yo tengo días para todo y hasta para hacer amigos, también los tengo, por lo mismo digo que ese dia no lo era. Sentía la desidia aplastarme por una extraña razón. Llevaba así ya una semana de tener esa actitud tan displicente. Pero accedí, por el compromiso silencioso que me hizo Sebas con sus ojos. Al parecer, le tenía cierto interés a tu amiga, "la de mirada perturbadora". Llegamos por inercia, me sentí súper raro, extraño, la atmósfera me era irritante, alérgica. La presencia de aquellas personas me desagradaba. El Antro era un símil de "Sodoma y Gomorra" así solía decir alguna vez mi enigmático compañero. Entonces, yo esperaba que la noche no durara mucho, que sea corta.
Ya dentro del local; el desagradable ruido de la música se confundía con las voces alcoholizadas de los residentes. La cantidad de mesas, sillas y sus parroquianos respectivos, no permitían el libre transito por la piel de aquel Antro. El moho del sudor, el perfume barato y el tufo se divisaba cada dos pasos, que uno daba. Cuando de pronto del vació, tu voz tenue rompió el ruido, el silencio de tus palabras termino por cortar la bulla del entorno. Esas palabras, iban dirigidas asía una sola persona, asía mí, lo que me dejo pensar por momentos; el interés vago que me tenías muy a pesar que llevamos minutos apenas de conocernos. Mas aun si instantes antes de venir acá recuerdo; en el trayecto en la combi, solo atinaste; tu y tus amigas a reírse burlonamente, grotescamente cuando Sebas me dijo: "por que tan mudo, ahora eres tímido", y yo respondiendo, "yo siempre fui tímido". Razón de más para tratarte -luego de ese comentario- con la indiferencia en los labios. ¿Indiferencia?, pero viendo o sintiendo bien, esos ojitos abrirse en la noche sicodélica, no estabas para recibir aquel trato por parte de mi persona; de manera autómata guiado solo por mis instintos accedí a tu propuesta inicial, la misma que me había sacado de la realidad por unos segundos. ¿Segundos? , segundos después, estábamos bailando, algún baile moderno y tonto, tu alegría, tu cuerpo, tu cabello largo que lo recogías de cuando en cuando, tus labios que tarareaban la canción , tu, solo tu, y todo tu, me dejaron exhausto, agotado , rendido, empezaba a dibujarse estrellitas en mis pupilas, mi sonrisa se fue haciendo mas abierta, y mis palabras se entrecortaban cada vez que intentaba hablarte, no se cuanto tiempo pasamos así juntos, no se si tu o tus amigas se dieron cuenta de la cara de bobo que ponía cada vez que te recogía la mirada; solo yo me resolvía ante ella.
Así, acabada la noche, al sonar del reloj, mi cenicienta tenia que retirarse en caravana con sus amigas. Yo vacile en acompañarte, por unos instantes, pensé que seria muy notorio, luego me di cuenta de mi ridiculez, y salí detrás de ti. En el camino charlamos vagamente, no quería que partieras, en el peor de los casos quería yo partir contigo, a cualquier rumbo, donde tu me llevaras me sentiría complacido, feliz, eternamente agradecido, de solo tener tu compañía, tus ojos mirándome fijamente, tus labios expresar una y otra vez mi nombre. Pero partiste y yo no pude evitarlo, esperaba verte de nuevo. Apenas unos números al azar, habías escrito en un panfleto (que algún extra me obsequio en aquella tarde) decías que era tu teléfono.
"Aquella noche , no podía ser una noche mas, y tu no podías ser un personaje mas que con la noche viene, que te envuelve y se va, tu aroma aun lo llevaba impregnado en la piel, en la ropa, en mis ojos tu figura, aun se elevaba infinitamente, copando toda en mi cuarto tu imagen, tu numero timbraba cada segundo en mi memoria, las paredes de mi habitación parecía un cuaderno de hojas en blanco donde deseaba expulsar todas mis oraciones, todas para ti, esa luna solo ficticia para mi, me invitaba a viajar, tras mi mampara, por la noche, ah la noche, pero el tiempo adverso paso desosegado y con su capa me termino cubriendo en un mar de sueños, sueños de un mañana, de una mañana. Esperar a verla otra vez, era cuestión del universo, de la naturaleza, de los dioses, de ella, de ti, de mi… creo que me estoy enamorando".
Te volví a ver, luego de casi una semana, una voz de nuevo rompió el trafico bullicioso de mis silencios, esta vez era solo una palabra, una sola que salio de tus labios, una hermosa palabra, corrijo era hermosa la forma como una palabra tan inútil, con tu solo pronunciar la puedes llenar de color, de vida, de armonía; esa palabra era mi nombre, pronunciaste mi nombre, sonaba tan dulce, tan suave, tan acompasado, era tan diferente cuando salían de tus labios. Empezaron mis ojos con sigilo a buscar esos labios tuyos, aquellos labios que habían osado pronunciar mi nombre tan prohibido hasta para mi mismo; y te encontré ahí, estáticamente parada por delante del poniente sol, te vi…era nuestra segunda vez, los dioses me escucharon, la naturaleza, el universo; el universo conspiro. Aunque tarde, no olvidare que era jueves. Traías los ojos triste (me gustaban tus ojos triste, no te lo voy a negar) solo atinaste a decirme en ese momento "acaba de ocurrir una desgracia" vimos como el sol se ocultaba y la luna se dibujaba en la noche diáfana, vimos como las luces de las ciudad nos acompañaban, sentimos como nuestras vestiduras dialogaban mudamente en cada tacto, ese dia no puedo negarlo que te ame, aunque no se en que momento exacto, pero sentí esa punzada entrar en mi pecho. Cuando te deje en tu casa, el sosiego tomo mi cuerpo, estaba exhausto como aquella primera vez, fatigado como si arduo hubiera sido mi viaje, como si mi batallar me dejo sin armas y sin respiración, herido, cansado, moribundo. Al cerrar los ojos, al final de mi noche esperaba verte al dia siguiente, solo esperaba cerrar los ojos; y cuando los abriera, saludarte sonriente. Sentía hormiguitas caminar en mi cuerpo, como si buscaran tu perfume en mi pecho, mordiendo así como cuando el amor creo te muerde.
Te vi…era nuestra tercera vez, al dia siguiente, era de nuevo viernes, como aquel viernes que te conocí, pero esta ves te vi distinta, apagada, agria, seria, austera, tal vez por que tu amiga y el mío, nos hacían compañía o por aquella exposición que sentías que no te salio bien. Parecías otra mujer, muy distinta a la chica de mirada triste que conocí aquel jueves anterior, ah quien le había robado una sonrisa. Esa dualidad de tu persona no hacia más que exaltar más mis emociones, mis sentimientos, le daban un halo de misterio a tu imagen. Aquel dia, en el paradero, a solas, huérfanos de nuestras amistades, -de manera voluntaria por ellos-, apenas charlamos algo cotidiano o formal, tu bus te esperaba para arrancarme de manera violenta de mis pensamientos, te vi partir, y decirme chao, chao. El fin de semana seria muy largo, -me dije-, esta vez esperaba verte con ansias el lunes siguiente, pero ese lunes no llego, no se si llegara, -me decía-, no se. No llego, pero llego el martes, en que te vi…era nuestra cuarta vez, solo fue de paso, nos saludamos, tú hiciste un ademán a tu amiga, que te acompañaba, para que te espere y te detuviste a saludarme. Sentí tu mejilla fresca, quería sentirla así todos los días, topaste tu mejilla a la mía. Por la rapidez del evento mis labios lerdos aun en estos avatares, no llegaron a posarse en tu textura. Aquella semana se completo, mirándote solo de lejos partir, un jueves del brazo de tu amiga, y un viernes en grupo, yo te observaba siempre cual centinela, desde lo alto de mi pabellón. Te veía ir, y decirte adiós con un ramillete de suspiros en el pecho. El mismo que nunca te acercaste a recoger.
"He llegado a creer que mi nombre en tus labios tienen un especial significado, que solo tus besos podrían descifrármelo, esos días en que jugábamos inconscientemente a querernos con las miradas, fueron dulces para la memoria, respirar profundo y pensar en tu nombre cada vez que la noche envolvía el Instituto, pensar en tus sonrisas, en la que no se por que razón hay veces te la robaba yo, sin mucho esfuerzo. Pero este juego inconscientes que empezamos, y que llego a gustarme. Con el paso de los días, me pareció muy malicioso, muy triste, por que cuando el dia me negaba saludarte, la congoja invadía mis noches en mi habitación. La agresión la sentía en el pecho, de querer algo mas que solo admirarte, algo mas que solo verte ir, algo mas que el solo escuchar mi nombre salir de tus labios, algo mas que el charlar por el teléfono. Quería sentirte mas cerca cada dia, sentir la brisa que formas cada vez que te recogías el cabello, y te lo dejabas caer siempre al lado derecho, exhalar de cada uno de las palabras que de los labios tuyos salían, deslizar temblorosamente los sedentarios dedos por la llanura de tu piel, quería ese beso que solo en sueños noctámbulos los descubría ante la mas profunda soledad, ese beso que esperaba recibirlos con ansias desde aquella pequeña mocedad".
Llego un lunes, acababa de llegar a casa, venia de mi periplo del Centro Comercial de los Olivos, de acompañar a mi amigo Fer, de comprar una toalla color verde petróleo, en una de las tantas tiendas que habitan ahí, -era ya muy de noche-, cuando solo ya mandaba el cuerpo acostarme; mi padre me aviso que llamaste, mi corazón en ese sincronizado momento radiaba de emoción, no sabia que hacer, que decir, lleno de extrañeza y de sentimiento te llame al dia siguiente muy temprano. Comprendí -luego de la charla formal- que solo deseabas mi calculadora, yo tontamente pensé por un momento que solo era una excusa vaga. Te busque aquel dia, en tu pabellón; traías un traje sastre azul marino, pantalón y saco, y una blusa blanca - te vi…era nuestra quinta vez. No me había percatado durante todo este tiempo, en las sonrisas que tus amigas se obsequiaban cada vez que me veían, como si en sus miradas murmuran algo con respecto a mí persona. Esas sonrisas y miradas, me incomodaban, me llenaban de rubor, de pudor, de que estaban atentas a cada unos de mis actos, y que debía tener mucho cuidado en cada uno de mis movimientos. De que no se alejarían nunca, de que siempre estarían ahí contigo, esperando tal vez ellas algo de mi, y si la verdad yo también esperaba algo, pero no sabia exactamente por donde empezar aquello que no sabia ni siquiera como llamar, y si sabia no me atrevía a pronunciarlo, tal ves los dioses se molesten, tal ves tu te molestes, tal ves tus amigas se molesten. Tal vez alguien que aun no conozco se moleste. Ya no quiero decirlo, digo bien, ya no quiero pensar en que lo voy a decir.
"Estoy escapando de tus imágenes, de tu sonrisa, de tu cabello recogido, de tu cuello, de tu mirada triste, de el olor de tu piel, estoy huyendo de ellos, apoyado de mi almohada azul, pero la noche me cae encima, aplaca todos mis temores en mi cabeza, presiona con hastió; una y otra vez. Así entiendo que tu boca nunca se acerca a la mía. Voy encerrando las palabras que tenia guardado para ti, en un costalillo de yute, para asfixiarlas; una tras otra, así desvanecerá el cariño y el amor que alguna vez nació de mi salvaje pecho. Así, yo caeré derrotado otra vez, por la imprecisión de mis sentimientos, por las bocanadas de dudas que exhalo, cada vez que los duendecillos negros transitan por mi otra vereda. Así solo; bailare igual que ayer, cual vulgar vedette, embriaga de celo ante aquel ajeno personaje que emerge de tus caprichos de sábado chicos, fingiendo sonreír… ante tu presencia, ante tus ancas de yegua indomable, domesticada por tu seductor jinete de turno, que en el pecho dibujaste tus 7 dígitos, los que una vez me ofreciste y yo acepte, aquella vez, con la incredulidad, como quien recibe un cheque en blanco, quería firmar mi nombre".
Sebas me saludo, el viaje me había dado nuevos brillos, ese nuevo apetito voraz de vivir, apenas dos días había pasado de regresar de aquel retiro espiritual, nos encontramos en la puerta del Supermercado, en el Centro Comercial de los Olivos. Charlamos un rato, fuimos a buscar a Fer, ya en su puerta dialogamos los tres, acompañados de nuestras sombras, el paso de una chica de rebosantes caderas rompió la concentración de nuestra charla nocturna; retomando la conversa, comentamos sobre el Insti, el simulacro de paternidad de Fer, sobre mi viaje de reposo y de como el costo de la cerveza influye en nuestro ánimos académicos, nos despedimos, y en el trayecto a el paradero Sebas me dijo; "lo que te perdiste el otro dia", yo lo mire con cierta incredulidad, no entendía exactamente a que se refería, o simplemente no quería entender, nos detuvimos, el rojo del semáforo sirvió para mirarlo a los ojos, y buscar que terminara la oración , que acabara de terminar lo que inicio me dije, sonrió con cierto recelo, me miro desganado, y solo repitió de nuevo "lo que te perdiste el otro dia, la vi a ella, estaba bien acaramelada con un pata". Acaramelada, acaramelada, no entendía el tiempo pasado de aquel verbo, acaramelar¿?. Es mas no estaba seguro de su existencia, que significaba, estaba bien acaramelada, le pedí inútilmente una explicación más exacta, que si era necesario sea más didáctico, pero solo rió, con una risa que parecía más un graznar. Me miro, y me dijo no seas ingenuo, "échale tierra a eso". Espere un momento, respire un rato, un pequeño break en mis ideas, pensé por un momento que solo era una joda de su parte, y si no era así, sabia que si me ponía mas huraño ante su actitud, seria mas notorio el interés que tendría por ella, aunque eso estaba por demás decir, el lo sabia, pero, bueno un hombre nunca dice cuan grande puede ser el afecto que le tiene a una mujer, somos egoístas en eso, con referencia a otro hombre, por temor a la burla, ¡va a la burla!, de cuando acá aceptar un sentimiento, puede ser motivo de burla, pero yo prefería, pasar por alto hoy estos sentimientos, no le di importancia, a lo que dijo Sebas, cruzamos el asfalto, nos despedimos, alce la mano, la combi se detuvo, me subí en el asiento de adelante, le dije chao, el me miro, con una sonrisa torpe en el rostro. Hoy no era un buen dia para preguntar más cosas al respecto, hoy no, seria mañana, tal vez mañana, aunque, la curiosidad me carcomía, tenia que ser paciente, esperar, esperar. En el trayecto, una salsita salía de los parlantes de la combi… cual prisionera perpetua, vas condenada al fracaso…no puedo negar que en el tiempo que estuve lejos de Lima, te extrañe, te pensé, te busque; te buscaba en las lomas de los cerros que crecían al compás de los eucaliptos erguidos, como si quisieran punzar el cielo, bajo el eco de algún tren que a lo lejos, en algún lugar pasaba sonoramente, escribía tu nombre en aquel pedazo de cielo celeste claro, limpio y serrano, que entraba por mi ventana, tan distinto a el cielo chalaco. La noche de aquel viernes, fue muy extensa, nos acostamos tarde, aun tenia los ojos sollozos, dentro de esa nostalgia tu nombre asomo, pensé en ti, que estarás haciendo ahora…solo me decía eso, que estarás haciendo ahora, buenas noches.
Pasaron los días y Sebastián, con su sonrisa torpe y su verso prosaico, comento lo ocurrido aquel dia que no estaba en lima, que no fui al Insti, que no fui al Antro. Yo solo atine a escuchar, la verdad no tenia otra reacción, quería entender, entender, pero vamos, se me hacia difícil eso. "Ella no bailaba sola, ella estaba alegre, ella estaba ebria, ella esta con el"; con ese el que no se quien es, que no me interesa saber quien es, a pesar que Sebas no escatimo en describírmelo palmo a palmo: "ojos así, labios así, tez así, cabello así, tamaño, peso, pecho", si por que no fue en un papel donde dejo sus 7 dígitos si no en su pecho, en su pecho o en su papel que parecía pecho, o pecho que parecía papel. "Eso es estar acaramelados pues, entiendes, entiendes eso", me decía Sebas. "Ella estaba acaramelado a el, el estaba acaramelado a ella, la música los acaramelaba mas, mas, mucho mas" me decía yo. Sonrió, sonrió hipócritamente, dubitativamente: "extraño mi cuarto, extraño la noche, extraño mi almohada azul, extraño la soledad, el cantar del grillo que entra por la mampara, extraño la sombra que proyecta el velador en mi cuarto, te extraño, aunque no, mejor a ti no te extraño".
Me pregunto si alguien tiene deseo de querer entrar a un aula de clase, en situaciones así; rodeado de mas de 30 individuos ajenos a uno, para escuchar a un personaje canoso, roñoso y de voz gutural, hablar sobre plan estratégico, o análisis de FODA, con esos anteojos gruesos, que se me hacían inmensos, siento una lombriz estaba devorando mi interior, mi hígado, mi riñón, mi corazón, mis arterias. Me siento desacaramelado.
Recuerdas que hubo algún 15, viernes 15, cumpleaños de tu amiga Sofía, 15 en la Disco, en que nos vimos y bailamos, y entendimos ahí, que este juego inconsciente había ya culminado. Para tristeza de mis sentimientos, que días antes habían muerto asfixiados por el peso de la almohada azul, y que yo ingenuamente quería redentarlos aquel dia. Fue el dia en que conocí aquel pecho en forma de papel o el papel en forma de pecho, a ese el, a esa tercera persona, que ahora debe ser primera o segunda.
Nos despedimos, con las miradas de soslayo… un tercer viernes de junio, dos días a vísperas del Dia del Padre, tu salías apurada en caravana con tus amigas, yo entraba con el desgano, solitario, -que novedad no ¿?- , apenas te salude, apenas abrí los labios, apenas pronuncie un hola, aunque mas quería decirte adiós, mas quería decirme para mi mismo adiós, sentí el cuerpo caer en un profundo vació, sentí alejarme lo mas rápido de ti, repelerte de mis sentimientos, de mis pensamientos, sinceramente no esperaba volver a verte, sinceramente no quería verte, pero te vi, y en ese breve tiempo, note algo diferente en ti, seria el cabello, que lo sentía mas corto, que aquella primera vez, seria que a el no le gustaba que lo tengas así de largo, será que a ti no te gustaría tenerlo así de largo, pero a mi si me gustaba , que lo tengas así, me gustaba cuando te lo recogías, en sueños, imaginaba algún dia yo recogerlos, y verlo caer uno a uno entre mis dedos, como el agua al correr, desplazarse, y sentir su tacto cosquillar mi piel, cada uno de mis poros, respirar sobre ellos, susurrar sobre ellos, decir que te…
"Se que te volveré a verte, en algún momento y en algún lugar, se que nos cruzaremos en alguna calle o en el frontis de mi pabellón, y al mirarme recordaras vagamente el espacio compartido, se que pronunciaras mi nombre, alguna otra vez, cuando estés sola o cuando él te tenga en brazos; agazapados los dos en el trasfondo de algún pabellón de clase nocturna, pronunciaras mi nombre por enésima vez, pero ya no me parecerá dulce tu pronunciar, ya no me parecerá suave y acompasado, como antes Como cuando recién aprehendías a deletrearlo, como aquel jueves vespertino de mayo, jueves 12, tonto jueves 12. Por que tus labios, ya no serán los mismo que los de antes, que los de ayer. Ya no, por que tendrán ese tufillo de Ecuación Diferencial y Transformada de Laplace, mezclado con tu Clase de BioEstadística, sabor agrio y aséptico. Por que, cuando te vea, mis ojos solo recordaran el murmullo de tus besos, hoy ajenos, con el comentario de Huseein, y la carcajada de Robert …pero siempre recordare ese segundo viernes de mayo, siempre, ese viernes, viernes por la noche…viernes ,noche, esa noche"…
"esa noche contigo la pase bien, pero ya me entere que te debes a alguien, y tu fallaste, pero ya estar, y tu fallaste, pero ya es tarde, lo que paso, paso…entre tu y yo."
Colofón
Tu amiga la de mirada peturbadora, la mensajera del mal, cumplio su cometido muchos meses después, era un verano de los corrientes, cuando se cruzo en mi vereda, solia cruzarmela en mas de una oportunidad, -por esas desganadas casualidades que la vida ofrece- imprudente oportunidad para toparme con ella, yo andaba algo embrutecido por los barbitúricos que el psiquiatra me habia medicado, cuando su mirada recogio la mia, por que asi fue, y me dijo libidinosamente que te casarias el promixo 21 de marzo, yo gesticule algo que no recuerdo, y sonrie fingidamente ante su imagen satisfecha, como si la tarea encomendada fuera cumplida
con diciplina militar.
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Ventanilla 13 de agosto del 2005
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